Saltar con alma: Profesionalizar sin perder la esencia de PyME o Empresa de familia





Trabajar con PyMEs y empresas familiares es como entrar a una obra de teatro en la que toooodos actúan, producen, venden, facturan, atienden al público y —de paso— ¡son parientes! En cambio, en las multinacionales parece estar todo más ordenado. Tanto, que para cambiar una letra del cartel del baño necesitás tres firmas y una presentación en PowerPoint. En fin... nada es perfecto.

Mi querido lector, no estamos acá para juzgar, sino para comprender.

¿Qué rescatar de las multinacionales? (Atención! No todo lo que brilla es oro, eh)

  • Tienen procesos definidos. Los procesos, mandan.

  • Definen roles y liderazgos

  • Cultivan la cultura organizacional

  • Invierten en capacitación 

  • Toman decisiones con visión estratégica y datos

Esto les permite escalar, crecer y sostenerse en el tiempo. Pero… ¿sabés qué? Muchas veces también carecen de alma o flexibilidad.

¿Qué fortalezas atesoran las PyMEs?

  • Tienen pasión, cercanía y compromiso humano

  • Aceptan y responden con agilidad a los desafíos

  • Conservan su identidad única

  • Saben reinventarse sin miedo

  • Son -generalmente- empresas con historia y corazón

  • Toman decisiones rápido (a vece, demasiado)

  • Emocionan a flor de piel (para bien y para… revisar jajajaj)

Si sos parte de una de ellas, seguramente te suenan estas frases:

"Somos pocos y nos conocemos mucho"

"Lo charlamos el domingo en lo de tu hermana"

"Hacemos magia con lo que tenemos"

"Nunca necesitamos procesos. Todos sabemos hacer todo de memoria, desde cambiar el toner, facturar y  hacer café de filtro"

"Hacelo así, después vemos"

"Igual, decide todo papá"

"En el cuaderno está todo"

"Siempre lo hicimos así"

"Más vale pájaro en mano que cien volando"


Tender un puente entre la multi y la PyME, dar el salto

Claramente la PyME no necesita ser copia fiel de una multinacional, no se me pasa por la cabeza ni siquiera insinuarlo. AHORA, digo, de pronto, me parece… sí puede adoptar sus mejores prácticas y adaptarlas. Listo, se tenía que decir y se dijo.

Y como no soy de las que tira la bomba y se va, propongo los siguientes desafíos y estoy para ponerle el pecho donde haga falta: 

✔️ Definir funciones claras y procesos básicos. Basta de buscar culpables, encontremos soluciones rápidas y prolijas. ¡Pare de sufrir!

✔️ Separar lo personal de lo profesional sin perder humanidad. La dinámica de relaciones guarda el secreto del éxito.

✔️ Implementar espacios de feedback 

✔️ Invertir en formación. Especialmente para mandos altos y medios. El nepotismo tiene consecuencias…

¿Y ahora, quién podrá ayudarme?

El coach empresarial es un aliado estratégico. Un coach que haya estado en ambos mundos. Sí, alguien que pueda traducir el "corporate" al "familiariano", y viceversa.

Un coach que haya transitado ambos mundos no sólo entiende las lógicas corporativas, sino que respeta y potencia la identidad de cada organización. Además, acompaña a crear tu propio modelo de gestión a medida, aportando profesionalismo y propósito.

Atenti, pay attention a esta reflexión! Profesionalizar no es ponerle corbata a la empresa. Es acompañarla a crecer respetando su identidad, delineando una estructura y protegiendo el bienestar de las personas que la integran.

Hola!, ¿tenés una empresa que quiere dar ese salto sin perder su esencia?

¡Conversemos!


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